viernes, 24 de julio de 2009

Digan siempre menos de lo necesario

Decir siempre menos de lo necesario es el único arma que tenemos para defendernos
de los ataques invisibles y solapados de los envidiosos .
Esos que siempre nos sonríen y nos llevan la razón y aparentan ser más amigos de lo que son.

Perder un tiempo valioso o la paz espiritual en los asuntos de otras personas equivale a un precio
demasiado elevado.

"Invidia" en latín tiene dos acepciones:
1 es tristeza por el bien ajeno.
2 se refiere al efecto que el envidioso trata de obtener : hacer odioso al envidiado a los ojos de terceros. Y lo hace privandole o negándole cualidades.

No se envidia a quien se considera inferior, la mediocridad está libre de envidias.

Sin el envidiado no existiría el envidioso0 no seria nadie.

Poco podemos hacer para cuidarnos de ataques que no esperamos pero si podemos cuidarnos de responder a ellos porque eso si que nos deteriora.

No gastemos nuestro valioso tiempo en asuntos de otros que no nos aportan nada ni a los que podamos aportar nada bueno.