sábado, 17 de octubre de 2009

Turismo en Archidona


Si, un poco de turismo siempre viene bien para poner en orden el recuerdo que tenemos de los lugares a los que pertenecemos o en algún modo nos pertenecen.








Cuántas veces habré subido y bajado estas calles, tortuosas y heladas o festivas y endemoniadamente calurosas.

Cuántas veces habré saciado mi sed en esta fuente que ha devuelto sin rechistar la vida y el aliento a mi fatigado cuerpo.







Que recuerdos de lugares tan dispares y tan anodinos que al volver a recorrer sacan de la última esquina de tu recuerdo imágenes perdidas en el tiempo, frases grabadas como a fuego,
amigos y juegos, carreras,lluvias y desencuentros.


No hay nada tan extraño como esto.
Una imagen en el tiempo forzosamente irregular e irrepetible.
Sensaciones extrañas de algo con significado inexpugnable.

Siempre me llamó la atención que una ventana pequeña se perdiera bajo una más grande.
Esa es su forma de que no sea raro fijar la vista en ella.


Imposible pasar sin llegar, una miradita de reojo y tus pies se van solos hacia dentro.

Acogedor patio lleno de luz y fresco al mismo tiempo.
Una corta oración ,un deseo, una toma de contacto con el cielo un respiro antes de emprender el largo tramo de camino.



Hay tantos pasos que no dí, por tantas calles que no me perdí y tantas otras que me empaparon de su esencia y me mimaron con su prudencia que no hay ningún otro lugar en el mundo como este para hacerme volver siempre con nostalgia y curiosidad al mismo tiempo.
Cada visita me pide volver a lo que ya conozco y seguir buscando lo que vi.
Y realmente siempre hay algo nuevo que traer en la mochila.

Esta vez fueron caminos viejos y nuevos conocidos como principio pero no como ruta de llegada.
Caminos por los que jugaba y corría solo como lugar de ocio pero no como puerta de entrada o salida.















Publicar entrada






jueves, 1 de octubre de 2009

Un paseo por Marbella

Iglesia del Santo Cristo.
De camino al centro.
Una calle de Marbella.
La ventana de La Fonda.
Una plaza preciosa.
Una tarde, como otra cualquiera, quedamos unas amigas para tomar café.

Hacía tiempo que no cogía mi cámara y me dio por hacerlo para tomar unas fotos del evento.

Bien , me fui en plan turista haciendo fotos por las calles y me di cuenta que hay lugares que de tanto patearlos no los ves.

Plazas y calles llenos de luz y color donde nunca falta algo extraordinario que observar.

Una casa vieja y llena de color que es emblema de esta ciudad, cuanto arte y cuantas historias que no hemos conocido.



Calles llenas de plantas que nos dicen cuanta gente viva hay detrás de esas puertas cerradas,
sombras en las paredes que llenan de belleza los rincones más descuidados, paseos encantadores
de gente desconocida que se llevará los recuerdos de momentos únicos que los que vivimos aquí muchas veces nos perdemos por la cotidianidad y las carreras del lugar donde vivimos.

No hay nada como detenerse un minuto para descubrir lo que tenemos y no perdernos en lo que deseamos.
Una bonita tarde en la que nos quedamos extasiadas en esta plaza disfrutando del aire limpio
y el movimiento de la vida que pasa.