viernes, 20 de noviembre de 2009

RECUERDOS DE INFANCIA 2 La vieja con la canasta de chumbos

         Verano, seco y extremo, allá por los años 60.

Niños que corren y juegan a duras penas por las inclemencias del tórrido agosto en un pueblo de interior.
Ajetreo de gentes trabajadoras. Conversaciones de bar con olor a paella y tabaco.


Orden y concierto en la rutina de cada día.
Una llamada:                                                                    

-Samaaariii,Juaniiitoooo, Toooniioooo--Tooñiiiitooo.
Venid,venid que ya llega Trinidad.

Trinidad, esa señora vieja, gorda -de anchas caderas- y mal, muy mal hablada.
Simpática y sonriente con su canasta de chumbos.
Falda larga y delantal;sudorosa y cansada de tirar de su pesada carga,- bajo el sol de la mañana-  cuesta arriba y cuesta abajo.

Se sienta en una silla y... entre sus piernas ,la canasta.


Pide un plato y saca su vieja y oxidada navaja.



AY DIOS! Y comienza la fiesta.


Tres niños...? - No , tres niños y todo el que se quiera acercar -que es su negocio-, disfrutando del espectáculo de verla pelar los chumbos , -sin tocarlos y sin llenarse de espinas.



Ese olor dulce y fresco.


Ese sabor entre mango y pera-miel, deshaciendose en la boca y bajando por la garganta, que pide más. -Pura glotonería-.


Esa sabia psicología para saber ¿qué color y qué sabor? te va a gustar.
Eligiendo ella, en cada momento, al consumidor.












Segura estoy que tan duro trabajo fue recompensado muchas veces solo con mirar la cara de felicidad que en los demás conseguía .



Ahora sé , en lo más profundo, que no sólo era el beneficio económico que obtenía , sino la pasión por hacerlo, lo que le reportaba ganancias.


Esas ganancias que no tenía que compartir ni repartir con su gran y necesitada familia, esas que al final del día se llevaba a la cama y la llenaban de alegría para afrontar un nuevo día.

Allí donde esté, rodeada de dulce olor a verano, seguro que maldice y sonrie con su buena amiga María.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

RECUERDOS DE MI INFANCIA. 3 Aprendiendo costuras y risas.

    Hola María!
María  "la Vieja"
Duro caracter. Enfadada con la vida. Soltera y mayor, -solterona-,
como ella misma se llamaba..
Trabajadora incansable , limpia y muy eficiente.
Ella hacía de todo, la matanza del cerdo; obra en su casa; encalar y pintar casas ajenas; ayuda a las tareas del hogar; recogida de aceitunas; cuidar algún enfermo.
Pero su principal oficio y ocupación siempre fue costurera.
¡Ay! y que costurera. Igual  remienda un delantal que una sábana, igual hace una cortina que unos pantalones de hombre, igual hace un bordado que lencería fina, igual un vestido que una chaqueta. Y que arte el suyo, inigualable sin excusa.
_ ¿Dónde?
_En tu casa y cuando la llamas. Ella hace un hueco en su apretadisima agenda.


   -Hoy no puedo, voy a casa del médico y ....mañana? No, no.Estaré en casa del Notario. Después voy dos días al Cuartel y también tengo una matanza el fin de semana.


Pero llega el martes y allí está.
Desayuna un café solo y pan con aceite o una tajada de lomo en manteca o lo que tu quieras ofrecer, ella no te dirá que no.
    _
-¡Ay, como eres mujer! ¿Por qué me guardas la nata de la leche?
Ya sabes que esto no debe ser bueno, solo por lo que disfruto comiendola.

Eran las 10 cuando empezó y no ha parado hasta las 3 de la tarde.
Hilo y aguja en mano, la montaña de ropa  arreglada va creciendo.
Un descanso para el almuerzo y una mano para recoger la cocina; solo para descansar un poco, el culo y la espalda, de esa silla baja que le gusta usar para trabajar.
Otro café y a continuar con la tarea.
Las 5, las 6 y su lugar de trabajo se va llenando de compañía y de historias simpáticas, llenas de humor, acerca de pretendientes que tuvo y de bromas que hizo.
Una merienda consistente. Más risas y también consejos
¿Dios que humor cuando no gruñe!
   - Ponte derecha; coge el dedal; da las puntadas más cortas; dobla ese trapo; saca la plancha; quita esa cremallera.


Y así durante años, un día o dos cada quincena hasta las 10 de la noche.
La acompañas a su casa y vuelves con una sonrisa de satisfacción.


Hasta aquel día, que sin decir nada o casi nada, sin quejarse mucho y de mal humor por la partida, se fue sin decir adíos.


Cuantas historias y vivencias contadas y compartidas. Cuantas calladas por prudencia.
Mujer honrada como pocas, prudente en extrmo,  sincera y buena persona de verdad.


Con todo mi respeto y mi admiración ,este es mi homenaje a su fuerza y valor .
Y espero una sonrisa desde allí donde se encuentre.